martes, 8 de noviembre de 2011


Porfirio Díaz, vestido como militar, empuña la espada de la dictadura y despliega la ostentosa cola (y las patas) del vanidoso pavo real, emblema de la fatuidad narcisista. Para los lerdistas, Díaz es un hombre peligroso que no duda en echar mano de la dictadura con tal de satisfacer su ambición personal por el poder.
(Anónimo [Hidalgo], La Mosca, 5 de abril de 1877).

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